El disfrute del más alto nivel posible de salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.
Constitución de la Organización Mundial de la Salud
Al embarcarnos en este gran viaje colectivo (hacia la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible), prometemos que nadie quedará rezagado.
Resolución de la Asamblea General de la ONU (A/RES/70/1)
En 2017, Taiwán no fue invitado a asistir a la 70ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) como observador. Sin embargo, durante muchos años ha participado en las reuniones técnicas, mecanismos y actividades de la Asamblea y de la Organización Mundial de la Salud (OMS); ha contribuido constantemente a mejorar las redes regionales y mundiales de prevención de enfermedades, y ha dedicado todos su esfuerzos a ayudar a otros países a superar los desafíos de la atención sanitaria, todo ello con la intención de hacer realidad de manera conjunta la visión de la OMS de que la salud es un derecho humano fundamental. Por lo tanto, existe un amplio apoyo a que Taiwán debería ser invitado a asistir a la Asamblea Mundial de la Salud.
Situado en una posición clave en el este de Asia, Taiwán comparte similitudes medioambientales con los países vecinos que pueden favorecer la transmisión de epidemias, y es un lugar visitado muy frecuentemente por los viajeros internacionales. Esto hace que Taiwán resulte vulnerable a la transmisión transfronteriza y cruzada de patógenos de enfermedades contagiosas, lo cual podría favorecer una mutación o recombinación genética, dando lugar a nuevos agentes infecciosos. Sin embargo, debido a que Taiwán no puede asistir a la AMS y no puede participar plenamente en las reuniones técnicas, mecanismos y actividades de la OMS, solo puede adquirir información médica y sobre enfermedades después de mucho retraso en comparación con los miembros de la OMS, lo cual resulta bastante insuficiente. Esta situación crea graves lagunas en el sistema mundial de seguridad sanitaria y amenaza el derecho a la salud de las personas.
Además, países de todo el mundo utilizan productos alimenticios que están compuestos de diversos materiales procedentes de todas partes del planeta. Según un informe de la OMS de 2015, cada año se producen más de dos millones de muertes debido a alimentos o agua contaminados. Dado que Taiwán es el decimoctavo mayor exportador e importador del mundo, su exclusión del sistema internacional de salud representa una amenaza para la seguridad alimentaria a nivel mundial.
La OMS necesita de la participación de Taiwán para establecer un sistema sólido de salud mundial. Su objetivo central de elevar los niveles de la salud humana se puede lograr a través de una cobertura de salud universal. Taiwán fue el primer país de Asia en implementar un programa nacional de seguro de salud, que cuenta con una tasa de cobertura del 99,9 por ciento. El gasto médico en Taiwán representa solo el 6,3 por ciento del PIB. En este sentido, Taiwán está dispuesto y bien posicionado para compartir su experiencia con la OMS y con otras naciones.
En los últimos años, Taiwán ha transformado con éxito su papel en la escena internacional, pasando de ser receptor de ayuda a proveedor de asistencia. Ha establecido un sistema integral de prevención de enfermedades y ha organizado numerosos talleres de formación dirigidos a desarrollar capacidades para prevenir enfermedades como el ébola, el síndrome respiratorio de oriente medio (MERS), el dengue y el zika en la región de Asia-Pacífico y en el sudeste asiático, aportando de este modo sus esfuerzos colectivos para fortalecer la seguridad sanitaria mundial. Mientras tanto, Taiwán necesita que la OMS proteja la salud de su propio pueblo, así como de la región y del mundo entero. A través de su participación en la Asamblea y en la OMS, podría compartir su experiencia con otros países, realizar informes oportunos y adquirir información sobre enfermedades, y desempeñar un papel constructivo en la protección de la salud mundial. Esto crearía un escenario beneficioso para todos: para Taiwán, para la OMS y para la comunidad internacional.
Este año se cumple el 15º aniversario del brote de SARS (síndrome respiratorio agudo severo). Quince años después de haber perdido muchas vidas debido a esta enfermedad, Taiwán se encuentra de nuevo en pie y ha desarrollado un sistema de prevención de enfermedades que es cada vez más fuerte. Las infecciones por virus no conocen fronteras. Solo cuando todos los miembros de la comunidad internacional estén incluidos en esta lucha colectiva contra las enfermedades se podrán minimizar los efectos negativos de posibles próximos brotes pandémicos. Con su interés en realizar contribuciones sanitarias profesionales y en proteger el derecho a la salud, Taiwán pide este año participar en la 71ª Asamblea Mundial de la Salud de manera profesional y pragmática, con el fin de convertirse en parte de los esfuerzos globales para llevar a cabo el objetivo de la OMS de que exista una red internacional sin fisuras para la prevención de enfermedades, así como el objetivo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, esto es, garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todo el mundo a todas las edades.
Gracias Jose Ignacio.