01-04-2019
Para un pueblo libre y democrático es inadmisible la idea de pertenecer a un régimen y sistema político de represión cuya principal herramienta para lograr su objetivo es el uso de la fuerza por encima de los derechos humanos y valores democráticos.
La República de China (Taiwán), es un país que representa el progreso enmarcado tras la lucha continua de sus 23 millones de habitantes por convivir tranquilamente bajo un sistema libre y democrático, lo cual ha sostenido la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán. Tanto así, que se ha convertido en referente a nivel mundial en distintos escenarios como lo son su lucha por conservar su sistema democrático, sus avances tecnológicos, la alta calidad de sus productos, el uso de las TIC´s en su sistema social, el sistema de salud (uno de los más completos y mejor diseñados a nivel mundial), etc.
Lamentablemente, paralelo al compromiso por la paz, la democracia y los derechos humanos a nivel global como lo es en Latinoamérica, a su vez en Asia, China ha realizado constantes y distintas declaraciones en las que apunta siempre al mismo lugar: imponer el llamado “Principio de Una China, y Un País Dos Sistemas”, afirmando en todo momento que no renuncia al uso de la fuerza para la “reunificación” con Taiwán, incluyendo estos aspectos en su agenda política; lo anterior ha afectado negativamente la paz y la estabilidad en la región de Asia-Pacífico.
Con este peligroso modelo, China intenta destruir a la República de China y la democracia de Taiwán, su objetivo tras la cortina de humo que ha creado con la frase de “Principio de Una China, y Un País Dos Sistemas” y del concepto de “reunificación” es eliminar la soberanía de la República de China, reprimir el sistema libre y democrático de Taiwán y limitar el derecho de los taiwaneses a elegir su sistema político y su modo de vida.
Sin duda alguna, el pronunciamiento arbitrario de Beijing, ha provocado la indignación del pueblo taiwanés y ha despertado preocupaciones de países que simpatizan con Taiwán democrática, entre ellos la Santa Sede, así como los órganos administrativos de EEUU, la Unión Europea, Alemania, Inglaterra, Holanda, junto con el Congreso Estadounidense, el Parlamento Europeo, el Parlamento Belga, el Parlamento Británico, el Parlamento Francés, el Parlamento Sueco, el Congreso Chileno y el Parlamento Escocés, quienes han expresado su respaldo a Taiwán.
En el plano internacional, Colombia es reconocida por el arduo trabajo realizado durante décadas en lograr la paz, ha sido merecedora de distintos reconocimientos y posee un Premio Nobel de la Paz, así como Taiwán, en sus relaciones priorizan el diálogo como único camino viable para lograrlo. La República de China (Taiwán) está dispuesta a dialogar en forma equitativa y espera que el régimen en Beijing responda respetando la voluntad de su pueblo.
De allí la importancia que los países mejoren las relaciones bilaterales con Taiwán y apoyen su participación en la arena internacional para que tenga mayor espacio y pueda contribuir a la sociedad global.
Por: Chih-Cheng Han